Con motivo del 60 aniversario del primer Seat salido de fábrica y los 40 años desde que se puso punto final a la vida comercial del 600, nos desplazamos hasta la factoría de la Zona Franca en la que no sólo se encuentra parte de la historia de la marca española, sino la de todos los españoles.
Si para conmemorar la orgullosa –podíamos decir que hasta nacional– efeméride de su 60 aniversario y los 40 años del cese de producción del mítico 600, Seat te propone estar rodeado durante un día de todos los vehículos que forman parte de su biografía, ¿qué mejor que coger un AVE directo a Barcelona? Tras dos horas y media, una Alhambra a las puertas de la estación de Sant nos recoge y en apenas otros 30 minutos atravesamos el control de la factoría de la zona franca. Ya estamos dentro. Es como un sueño. La nave A122 para nosotros. ¿Por dónde empezamos?
Quizá por el protagonista que ha permitido que estemos en este lugar con encanto y del que en breve habrá otra entrada en este blog así como un artículo en la revista de septiembre: el 600. Con su pintura granate y apenas 600 kilómetros registrados en su odómetro, la última unidad producida del 'pelotilla' ocupa un lugar estratégico en este particular museo del que Isidre López es el máximo responsable. El 31 de julio de 1973 salía impoluto de la cadena de montaje tras mucho revuelo mediático. Los más mayores –y los jóvenes gracias a las hemerotecas– recordarán cómo los diarios de la época atacaban a la dirección de la empresa española por tomar esta decisión. Los editoriales y las columnas de opinión no hacían otra cosa que recoger el desencanto del pueblo; no era para menos. A pesar de tener 40 años, a este 600 lo único que se le han cambiado han sido los líquidos, las ruedas y los limpias.

Pero antes de que el 600 se pusiera en pie, el primer modelo que motorizó Seat fue el 1.400. De las sucesivas versiones representadas por una letra, destacaba una: ésta, el 1.400 a secas. Con una carrocería descubierta y unos asientos traseros colocados en una posición especial, se crearon tres unidades de las que sólo quedan dos: una es la que ves en las imágenes –y que utilizó Franco– y otra en muy mal estado de conservación, a la que se le han extraído todos los órganos posibles.
Elementos mecánicos, por cierto, que se quitaron en esta parte de la nave, destinada a la restauración y mantenimiento mecánico. Un taller 100% en el que se encuentran coches con unos aditamentos aerodinámicos que ríete tú de los que hoy lucen en la subida de Pikes Peak.
En la línea de1.400 'Visitas' sin letra se encuentra el 600 Savio, empleado en exclusiva para transportar personalidades y miembros destacados... Los vip de la época, vaya.
Para visitar, sin duda, está el 850 Spider, con su interior perfectamente rematado en cuero y en el que deseamos acomodarnos para pasearnos una de estas tardes de verano por algún paraje de costa. Lo mismo ocurre con los populares 127, que están impolutos.
Pasearse (o intentarlo) es lo que hizo el Papa Juan Pablo II en sus visitas a Madrid y Barcelona. Su enorme Mercedes todoterreno blindado no cabía por las puertas del Estadio Santiago Bernabéu, lugar en el que iba a ofrecer una multitudinaria misa, así que no quedó otra que crear un Papamóvil más pequeño en apenas 10 días. Un telefonazo a los dirigentes de Seat y el Papamóvil español estaba listo.


Seat tampoco se libró de batallas judiciales. Tras el abandono de Fiat de su accionariado a finales de los 70, los responsables de Seat lograron un acuerdo con la casa italiana por el cual, Seat seguía fabricando los modelos heredados de Fiat pero con retoques estéticos y mecánicos. Esto es lo que le ocurrió al Ritmo, que con un frontal renovado y más cambios se presentaba a la sociedad de la época como Ronda. En la sede transalpina no estuvieron tan de acuerdo y pensaron que Seat vulneraba el acuerdo, así que la llevaron a jucio. La prueba que presentó la empresa española fue clara: un modelo pintado en dos colores, amarillo para las partes que eran nuevas y, en negro, las que se mantenían. El tribunal de arbitraje, como era lógico, dio la razón a Seat.

¿Sabías que el
primer Ibiza de todos los ensamblados está aquí aparcado? Ahí le tienes.
¿Y sabías que sobre la base del Ibiza se desarrolló un cabrio? Qué pena que sólo fuese un prototipo.
¿Y que el Córdoba también tuvo el suyo?
Prototipo también fue el Seat Toledo eléctrico que se empleó en los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. ¡Hace 21 años Seat ya tenía un eléctrico entre sus filas! También una furgoneta Inca que aparece cortada en la siguiente imagen (a la izquierda).
En 2003, cuando el departamento de diseño estaba encabezado por Walter da Silva –de su lápiz han salido automóviles como el Alfa 147 o el Audi A5– y se cumplían los 50 años de la marca, da Silva ideó un logo conmemorativo de los 50 años de la marca que muy poco se ha visto. ¿Lo conocíais? Yo, no. Está colocado en un León de primera generación de color azul, que tiene además un acabado especial, como las llantas pulidas (tercero empezando por la izquierda).
Para terminar con la visita, como no podía ser menos, toca echar un vistazo a los showcar, los coches de salón. Sin duda alguna, los que más miradas acaparan son los Bolero, Formula, Salsa, Tango, Salsa Emoción, Ibiza Vaillante y Altea. Preciosos. Mientras escribo estas líneas, me viene a la mente la ilusión que me hacía verlos a todos en los números de CAR and DRIVER, revista que compraba mi padre. Nunca imaginé que podría tenerlos todos juntos delante de mí mucho tiempo después. El sueño se hizo real.
Y, cómo no, no debía faltar el IBe, el concept que ha anticipado la nueva línea de diseño estrenada en el Mii, seguida en Ibiza e implantada en el Toledo de cuarta generación y el León de tercera. ¿Breve restyling a la Alhambra y próxima renovación de los Altea y Altea XL? Veremos.
En este periplo no podemos olvidarnos de Seat y la competición. El más clásico, el más respetado y el más importante es, sin duda, el primero de todos ellos: el Fórmula 1.430 que ha sido repintado con este color rojo Emoción –frente al azul de hace unos años– y que ha corrido en el último Espíritu de Montjuïc. ¡Parece sacado del videojuego Mario Kart!
También están presentes tres bólidos que te hacen girar el cuello cuando pasas a su lado: Toledo GT, Córdoba Silhouette y Cupra GT. Un trío de bestias que dio mucha guerra en los campeonatos por los que pasaron. Sin duda, el más radical por su diseño es el Cupra GT, cuyas 'tripas' son idénticas a las del Toledo... ¡y a las del Córdoba! Todos ellos emplean idéntico chasis tubular pero con un aspecto diferente.
Y si uno se asoma por uno de los recovecos del Cupra GT, ve a la perfección el sagrado corazón. Mamma mia! De los tres Cupra GT que se construyeron –uno de ellos lo pilotó María de Villota en el número 100 de CAR and DRIVER–, sólo quedan dos: uno se quemó, esta unidad está descansando en casa (según nos contaron los responsables van a intentar restaurarlo un poco, porque según terminó de competir así se guardó) y el último lo posee Teo Martin, el dueño de los desguaces Teo.
Ésta es una muestra de los 210 coches que Seat tiene 'coleccionados' en la nave A122, pero faltan muchos. Espero que este breve repaso te haya gustado. Por cierto, ¿te gustaría saber cómo terminamos? Lo hicimos comiendo ¡allí mismo!
Gracias a Pablo Cofán y a Fernando Salvador, dos de los mejores embajadores de esta compañía.